miércoles, 16 de febrero de 2011

*LA SOMBRA*

Como cada mañana, desde hace diez años, salí de casa, preparado a enfrentarme a un nuevo día, lleno de rutina, de mi rutina. El cielo, a esas horas, ya auguraba un precioso día soleado, a los que, he de confesar, estoy cogiendo un poco de manía. Entré en el metro, y ya en las escaleras, me di cuenta de que las personas que bajaban conmigo, me miraban recelosas. Algunas con cierta indignación, en otras, sólo percibía sorpresa. Mi rutina, como les he dicho. Y es que hace ya por lo menos 2 años que no tengo sombra. No sé por qué a la gente le resulta tan difícil entender que consiguiera deshacerme de ella. Creo que todos deberían hacer lo mismo, si es que la suya les molesta, en vez de indignarse conmigo.
Pero es que mi sombra, a la que recuerdo con cariño a pesar de todo, me salió un poco rebelde. Fue darle la adolescencia y volverse insoportable. Hasta ese día, yo había convivido con ella todos los días de mi vida, las noches no, aún hoy me pregunto dónde se metía la astuta de ella. Siempre me seguía a donde iba, me imitaba y en numerosas ocasiones deseé tener una sombra más independiente que la que me habían puesto de serie.
Sin embargo, un domingo por la mañana, observé que ella era mucho más larga que yo, mucho más estilizada, que me miraba con cierta superioridad. Creo que aquel día, hasta estaba más oscura que habitualmente. Según fue pasando la mañana, conseguí hacerme con ella, y ya al mediodía la tenía bajo control, a mis pies. Aunque contrariado por aquel suceso, seguí con mi vida, y decidí no decirle nada, quizás había sido sólo una salida de tono puntual. Pero no, porque a la semana más o menos, el suceso se repitió y nuevamente la conseguí controlar al mediodía, pero hacia las cinco de la tarde, volvió a alargarse, a estilizarse, y a tomar fuerza.
Sin perder un solo minuto, en cuanto llegué a casa llamé al médico solicitando una visita de urgencia. No tardó en aparecer, para mi sorpresa, alegando que los casos de sombras son los más graves, y que el cogerlos a tiempo es el ochenta por ciento de la curación (¡ochenta por ciento!). Me dijo que se habían dado casos que terminaban en divorcio, incluso en muerte de una de las dos partes. Tras recetarme dos sombrillas diarias y darme unas recomendaciones, dejó mi casa. Nos dejó en mi casa, a los dos. Debía seguir el tratamiento a rajatabla, debía demostrarle mediante la sombrilla y todas las artimañas que se me ocurrieran, que su existencia dependía de mí, de que yo estuviera al sol.
Durante los primeros meses de tratamiento, no voy a engañaros, la cosa fue bastante bien, ya que enseguida coartaba su libertad, aunque en realidad, me volví un dictador sobre ella. Aún me pregunto cómo se las apañó la sombra de Hitler para no ser ella la que se metiera el tiro. Sin embargo, llegó un momento en el que descuidé el tratamiento, pero qué queréis, unas vacaciones en Cancún con sombrilla no sonaban muy estimulantes.
Fue en ese momento donde empezó su adolescencia. Empezó a comer mucho más de lo habitual, tenía incluso que hacer horas extras en el trabajo para alimentar esa boca de más, que hasta ahora se servía de la mía. Y lo que es peor, empezó a salir de fiesta por las noches, siempre por los bares del muelle, que eran los que más iluminación tenían. Os podéis imaginar lo agotador que resultaba tener que levantarse habiendo dormido pocas horas, trabajar todo el día y tirar de la holgazana que con amargura atravesaba su resaca. Un horror.

Parecía, por tanto, que mi semana de vacaciones le había dado la fuerza suficiente para dominarme. No os podéis imaginar lo grande que se puso, lo que engordó, tanto que en el avión, en el teatro, en el cine, tenía que reservar siempre dos plazas. Era agotador, ocupaba más que yo, y de pronto, empezó a hablar. Independizó sus frases de las mías. Os diré que no tenía mucha gracia y que tenía un tono de voz de esos que te irritan desde la médula hasta la médula pasando por todo el cuerpo.

La cosa fue, inevitablemente, a peor, llegando a tal punto que mis amigos ya la saludaban a ella antes que a mí, le hacían más caso. Fue terrible el día que la encontré ligando con Laura. Se metió en mi terreno. Laura era una chica estupenda, con una sombra formal, atenta y discreta, acorde a ella. ¿Por qué tuvo que encandilar a Laura en vez de a su sombra? Esto era el colmo.
Por supuesto, poco tiempo después, empezaron una relación, y no os creáis que duraron poco no, estuvieron juntos un año. Imaginaros teniendo que estar en cada momento romántico, incluso íntimo, ¡de locos! Y un día me dijo que se había cansado de Laura, que creía haberse enamorado de su sombra y que había decidido matricularse en la Universidad. Que ojo, no es que yo crea que no tienen derecho a ser sombras diplomadas, incluso licenciadas, sólo digo que podía haber estudiado al mismo tiempo que lo hice yo. Porque ahora teníamos un problema de horarios. Por culpa de sus prácticas obligatorias, vi peligrar mi puesto de trabajo en el que mis pretextos empezaban a no tener ni pies ni cabeza.

Urdí un sinfín de planes para deshacerme de ella. Pensé que si corría lo suficientemente rápido, podría dejarla atrás y más, estando tan gorda como estaba. Pero después de correr una semana seguida, lo único que conseguí es terminar agotado y que ella adelgazara seis quilos. Probé a saltar, momento en el que comprobé que físicamente estábamos separados, pero cuando llevaba dos horas saltando comprendí que aquella solución era más estúpida e incluso agotadora que la de correr. Un día también intenté cortarla, pero sólo conseguí agujerearme los calcetines.
Así pues, volví a pedir cita con el médico, esta vez en su consulta, pues la sabía poco iluminada. Y me dio tres soluciones. La primera consistía en enviarme a una semana de retiro a una cueva del norte que estaba especializada en estos casos y que era eficaz en el cien por cien de los casos. Lamentablemente, era muy cara. La segunda era más asequible, pero menos fundada, ya que trataba de ponerse al sol y que dos enfermeros fueran borrando con una goma de borrar tu sombra del suelo. Yo sabía que mi sombra era más fuerte y que terminaría por convencerlos de que me borraran a mí.

Así pues, tuve que tomar la tercera y última opción. Tumbarme en un diván y entender en qué momento decidió ella que yo le hacía más daño que bien. Entender en qué momento dejó de importarme lo que le pasaba y me empeñé sencillamente en desear que no estuviera.

Hoy, ya hace dos años que nos separamos amistosamente. Ella hace su vida, de vez en cuando hablamos y sé que está bien. Así que, ya no me atormenta. Sé que sigue existiendo y que en parte, y esto no se lo digáis, sigue siendo yo


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martes, 15 de febrero de 2011

SINTETIZADOR DE IDEAS

Ideas que vienen y van.

Historias enteras que se quedan en un resumen demasiado corto para que obtengan valor cara al público. Eso sí, yo las llamo INSPIRACIONES

Un poco de picoteo cerebral

HOY ES 15/2/11 . Nótese que en este dato que a tí te parece tan indiscutiblemente real, los chinos, los budistas, los judíos y los hindús, entre otros, están INDISCUTIBLEMENTE en DESACUERDO.

Sueñas despierto para escapar de la realidad que te rodea pero, tu inconsciente quiere que mires la realidad....así que duermes para despertar

Es más bello llegar a soñar lo irreal, habiendo asumido lo real.

Conocer tus miedos, aceptar tus limitaciones y SEGUIR adelante. O viviendo plenamente la realidad o soñando sin dolor, el estar despierto.

¿Y si anduviéramos con los codos? Qué complicado respirar...

Estoy empezando a pensar que sólo yo puedo felicitarme y conseguir que me atraviese

Levitar un rato, eso me apetece.....y tortilla de patata

Rió como rie aquel que es feliz al conocerse, al abrazarse, al aceptarse. Rió, en definitiva, como aquel que se sabe ÉL.

Llueven ganas de no ser. Llueven envidias de ser. Es la lluvia que no cae la que ahoga.

Los celos NO VALEN y además son CHANTAJE!!!

Las cosas CONDICIONADAS se vuelven CONDICIONANTES

KA es la fuerza misteriosa que se encuentra en todas la cosas

La repercusión del hashtag #turismobisbal me resulta tan peligrosa como mermelada+ricky martin+perro...

- La frase de abajo e verdad
- Por supuesto que es VERDAD

Lo más importante en esta vida es la salud. Eso y el jamón, la hipoteca, el trabajo, el dinero, las sensaciones, el tiempo, las fiestas, el amor