miércoles, 18 de noviembre de 2015

TIRA Y AFLOJA

Tira y afloja. De la edad, de las ideas, del sentimiento. Tira y afloja. De la contradicción, de la experiencia, del epatamiento. Tira y afloja. De cada paso, de cada viento, de cada elemento. Tira del sentimiento, y afloja el resentimiento. Tira de la razón, y afloja el aplastamiento. Tira de lógica y afloja el impulso. Tira de impulso y afloja la lógica. Tira y afloja. Del temor, de la soledad, del acompañamiento. Tira y afloja. De la libertad, del compromiso, del establecimiento. Tira y afloja. De la duda, de la certeza y del descontento. Tira del miedo y afloja la fantasía. Tira de la calma y afloja el ahogamiento. Tira de alegría y afloja el desvanecimiento. Tira y afloja. Del dramatismo, de lo relevante, de lo pasajero. Tira y afloja. De la mortalidad, del narcisismo, del tiempo egocéntrico.
Tira de la vida y afloja la  idiotez. Tira de idiotez y afloja la vida.


lunes, 16 de noviembre de 2015

SINTETIZADOR DE IDEAS

- Calificar de demagogo todo aquello razonable pero que no coincide con tu opinión, es pura demagogia

- Todo lo que está mal, es susceptible de llegar a estar bien y viceversa sólo si eres realista (también llamado pesimista por muchos hiperoptimistas)

- No todo el mundo sabe todo, ¿sabes?

- No todos funcionamos igual a nivel moral ¿Estaremos todos equivocados o estaremos todos distintos?

- A veces uno se enfada tanto con uno mismo que se aisla porque no aguanta a la gente

- ¡Loco!, decían los cuerdos. ¡Cuerda!, decían los locos. ¡Laca! decían los cuerdos. ¡Lo conseguimos! decían los locos. ¡Vaya! decían todos.

- Tengo la extraña sensación de que las extrañas sensaciones  son sólo sensaciones pero para nada extrañas

- Después de jugar a ser omnipotentes, todos nos sentimos frustrados pero claro...como para dejar de ser omnipotente...

- Si todo el mundo pudiera todo, no habría gente no pudiendo

- Recordar a veces no es revivir si no reavivar

- Amar sin ton ni son debería tener más de con  y menos de sin

- Me recuerdo en desacuerdo y ahora que me acuerdo, menos mal que me mantuve cuerdo


MICRORRELATOS

- Y aquél niño se equivocó tantas veces que empezó a pensar que lo que había hecho era acertar

- Tenía tantas niñas dentro de ella, que a veces tenía que rebuscar para hablar con la adulta

- Aquél soldado tenía tantas veces razón, que en cuanto lo decía, la perdía

- Y aquél escritor era tan sensato, que empezó a importar más su voz que su escritura

- Y al sol, se le metió humo en los ojos por aquella bomba. Ahora le llaman lluvia

- ¡Demagogia!, gritaron los demagogos. Y los verdaderos demagogos se sintieron atacados y gritaron: ¡demagogia!

sábado, 14 de noviembre de 2015

COMO PARA ENTENDER ALGO

"Era un pozo oscuro como la muerte y profundo como el dolor. No sabía cómo había caído en él. No entendía nada. Ninguna explicación. Ningún aviso. Ninguna precaución. ¿Por qué habría de haberla tenido? Vivía bien. Amaba desde lo más bello que era capaz. Reía sin control cuando su impulso vital así se lo ordenaba. Era un chico feliz.
Volvió a mirar hacia arriba. Todo era negro. Sus pupilas trataban desesperadamente de adaptarse a la nueva situación. Imposible dejar de mirar. Imposible conseguir ver. Porque no tenía sentido aquello. Trató inútilmente de trepar por las paredes. Lo intentó durante una angustiosa hora, pero nada, siempre resbalaba. Oía gritos, pero no sabía dónde. De alguna manera sabía que aquél lugar no tenía salida, pero no podía parar de desearla. Algo pesado rozó su brazo y le pareció sentir que golpeaba el suelo. ¡Maldito terror! ¿porqué tratas de inundar mi vida? gritó. Sólo obtuvo eco. Un eco que parecía responder con sorna. Un eco más allá del vacío de entendimiento de ese momento en ese lugar."

Hay quien ríe con el dolor. Hay quien muere por quien se ha reído y hay quien ha sido abatido por una puta risa oscura como la muerte y profunda como el dolor. Hay quien lo sufre diariamente. Hay quien huye muriendo por huir de morir agonizando en el terror...Pero lo importante? Nosotros señores. Nuestro gigante mínimo porcentaje de bajas (que por supuesto importan) frente a la insignificante masacre diaria (no nuestra). Como para entender algo.Ni terror, ni manipulación, ni miedo disfrazado de empatía simbólica. Paz y amor decían unos locos...será que hay mucho  cuerdo!


lunes, 9 de noviembre de 2015

A VECES TANTAS VECES...

A veces, suena Ennio Morricone y las hojas de los árboles parece que te bailan. Luego, una estúpida idea dolorosa me roba ese momento y me dice que tan sólo ha sido el viento. Otras veces, miro a Munch colgado en la pared y a su puzzle no le falta ninguna pieza. Luego, un estúpido enfoque certero me roba esa ilusión y me hace ver que el puzzle sigue incompleto. A veces oigo el nombre de Leonardo Da Vinci y parece que un susurro me invita a terminar aquél juego atascado. Luego, la estúpida certeza me recuerda que no lo tengo ni siquiera instalado en el ordenador, robándome la posibilidad de terminarlo. A veces veo La hora chanante,  y oigo a Juana de arco en un gran ataque de risa y parece que te ríes con ella. Luego,una estúpida conciencia de mi propia risa, me roba ese momento y me doy cuenta de que estoy sola ante la pantalla. A veces, veo unas tijeras colgadas en la pared, y estoy segura de que el guionista de alguna película te preguntó por el atrezzo de la misma. Luego, una estúpida idea de la nada, me roba ese momento y me dice que tan solo es coincidencia. A veces, paseo por miramón y una piedra golpea mi cabeza y sonrío, desde dónde la habrá tirado, me digo. Luego, levanto la vista y una estúpida estampa despejada me roba el volverte a ver y me deja de nuevo paseando sola. Pero ¿sabes? El tiempo entre cada "A veces" y la estúpida invasión de mi estupidez es, sin lugar a dudas, el lugar más bello en el que consigo vivirte. Y si te vivo, es que aún estás. La estupidez me trae el dolor de tu ausencia, el "A veces" lo cotidiano de tu presencia.

Tq.

J8

domingo, 1 de noviembre de 2015

FRÍO

Siento frío. De manera repentina. Mis brazos parecen querer partirse en mil pedazos. Sé que tengo que tener piernas, pero no las siento. El frío es tremendamente intenso. Pequeñas gotas acarician mi rostro. Parece que lloro, pero no me siento triste. De hecho, me resulta imposible explicar cómo me siento. Creo, sinceramente, que ahora mismo no sé nada. Sólo sé frío. Nada más que frío. Mis ojos están cerrados. Recuerdo mi nombre. Sonia. De pronto se me antoja extraño saber que tengo un nombre y no poder utilizarlo. No sé cómo me siento. Quizás extrañada, será eso. Trato de mover los dedos de la mano. Mi esfuerzo es sobrehumano y sin embargo no lo consigo. O eso creo. Sueño. Quizás es eso. Quizás estoy soñando. Pero tengo frío. ¿Me habré destapado durante la noche? Me parece percibir un susurro. No entiendo lo que dicen. Sé que no estoy dormida. Chillo, tratando de pedirle al susurro que se acerque. Grito con todas mi fuerzas y siento cómo se quiebra mi vientre, pero mi boca no se ha movido. Maldita sea, tengo mucho frío y no entiendo qué está pasando. Empieza a no gustarme esta sensación. Recuerdo mi nombre. Sé que estuve enferma, pero no alcanzo a recordar muchas más cosas. Tengo que moverme. Creo que eso es lo que pide el susurro. Mi cuello, está rígido. Quiero moverlo. Quiero girarlo. Deseo abrir los ojos. Lo intento, pero duele. Tiemblo. Será por el frío aunque en parte, creo que es por el miedo que comienzo a sentir. Qué curioso el miedo. Ahora mismo no sé cómo usarlo. Recuerdo la cara de Alex. Qué hermoso es. Recuerdo que le quiero muchísimo. Siento su caricia en el hospital, como si estuviera ocurriendo en ese mismo instante. De pronto siento algo más de calor. Comienzo a sentir las piernas y trato de mover los pies. Aún me resulta muy difícil. Oigo con más claridad las voces. Son de dos hombres y una mujer. Ninguna de ellas me resulta conocida. Dicen mi nombre. Dicen que parece que no respiro, pero sé que lo estoy haciendo. Tiro con fuerza de todo mi cuerpo. Necesito moverme, necesito abrir los ojos y ver qué está ocurriendo. ¿Por qué no puedo? ¿Qué ha ocurrido? Estaba en el hospital con Alex. ¿Por qué no oigo su voz? Frío. Siento frío y miedo. Me siento dividida. Eso es. Extraña y dividida. Sé quién soy pero no entiendo el instante en el que me encuentro. Yo adoro la vida. No sé qué ha podido ocurrir. ¿Dónde estará Alex? Mis años con él han sido deliciosos, eso lo sé. Me salvó del hecho de no querer salvada. Y ahora es extraño. ¿Qué es la salvación? Quizás sólo una manera más de ser feliz. Quizás un gran y pesado muro de piedra. Quizás la salvación no existe y pasamos la vida huyendo o buscando una quimera. Consigo separar los labios. Las voces se sobresaltan. Lo han visto. ¡Lo han visto! Me he movido, estoy segura. Sigo sintiendo frío. Ellos me dicen que debo sentirlo, que es normal. Que no me preocupe. Pero ¿cómo hacer caso y no preocuparme cuando ya estoy preocupada? Menuda invasión. Es más, menuda agresión. Permanezco preocupada. Como para no estarlo. Centro todas mis fuerzas en abrir los ojos y enfocar. La imagen es terriblemente borrosa. Las paredes parecen azules. Distingo tres siluetas. Parecen llevar unas batas blancas. Eso es, me dicen. Sigue así, me animan. Serán doctores. No recuerdo que estuvieran ahí cuando cerré los ojos. Estaba Alex, seguro. Sonia, estás despertando de nuevo no te asustes, me dicen. ¿Pero qué demonios es esto? Muevo la cabeza a un lado y al otro. Me siento sobresaltada. No reconozco sus caras. Ni la habitación. Nunca antes había estado aquí. Frío. Intenso, profundo, emocional. Muchísimo frío. ¿Qué ha pasado?, consigo balbucear. Recuerdo que no quería morir. Recuerdo que mi enfermedad no tenía cura. Sonia, me dicen, acabamos de encontrar una cura para tu enfermedad, han pasado 157 años.¿Dónde está Alex? pregunto. ¿Quién es Alex? me responden. Frío. Terrible. Muchísimo frío. Maldita eternidad, ¿por qué me empeñaría en alejarme de ti? Ahora lo recuerdo todo. Qué frío. Qué escalofrío.