Ingredintes para 1 vida:
Atasco. Carga. Presión. Imposibilidad. Limitación. Duda. Temblor. Miedo. Culpa. Negación. Soledad. Causa. Efecto. Afecto. Defecto. Inquina. Colapso. Impaciencia. Desamor. Decepción. Enfado
Modo de Preparación:
Coger severos momentos de duda, miedo y temblor. Negarlos a fuego lento durante al menos 4 años. Quitar del fuego y aderezar con culpa cada defecto. Volver a poner al fuego, a poder ser en la más absoluta soledad, 3 años más. Tapar y dejar reposar con el fuego apagado entre 18 y 24 años.
Por otro lado, cortar en cachos muy pequeños la seguridad hasta hacerla añicos y mezclarla con la desconfianza. Batir impaciencia y decepción. Mezclar y añadir nuevamente culpa y negación. A falta de negación, podría usarse apariencia social como aderezo.
Tomar el contenido del primer recipiente y mezclarlo con la salsa. IMPORTANTE, dejar reposar SIN dejar de batir. Tapar la mezcla con apariencia y teatralidad y meter al horno. Dejar en el horno a gusto del consumidor. Cuanto más tiempo, mayor colapso, inquina e imposibildad de vivir. La opción extrema es esperar a que el horno explote( suele ser también la más usada)
Una vez sacado del horno, olvidarnos de la causa de la explosión y servir en pequeños platos de enfado, desamor y desconfianza durante al menos un tiempo de negación y borrachera de autosuficiencia y orgullo. Echar pepitas de pánico por encima.
Prestar especial atención a las fases de negación y teatralidad, así como a los aderezos de culpa y falta de confirmación.
Lo más recomendable, no obstante, es y será, pasado un tiempo razonable, vomitar.
Buen provecho.
Atasco. Carga. Presión. Imposibilidad. Limitación. Duda. Temblor. Miedo. Culpa. Negación. Soledad. Causa. Efecto. Afecto. Defecto. Inquina. Colapso. Impaciencia. Desamor. Decepción. Enfado
Modo de Preparación:
Coger severos momentos de duda, miedo y temblor. Negarlos a fuego lento durante al menos 4 años. Quitar del fuego y aderezar con culpa cada defecto. Volver a poner al fuego, a poder ser en la más absoluta soledad, 3 años más. Tapar y dejar reposar con el fuego apagado entre 18 y 24 años.
Por otro lado, cortar en cachos muy pequeños la seguridad hasta hacerla añicos y mezclarla con la desconfianza. Batir impaciencia y decepción. Mezclar y añadir nuevamente culpa y negación. A falta de negación, podría usarse apariencia social como aderezo.
Tomar el contenido del primer recipiente y mezclarlo con la salsa. IMPORTANTE, dejar reposar SIN dejar de batir. Tapar la mezcla con apariencia y teatralidad y meter al horno. Dejar en el horno a gusto del consumidor. Cuanto más tiempo, mayor colapso, inquina e imposibildad de vivir. La opción extrema es esperar a que el horno explote( suele ser también la más usada)
Una vez sacado del horno, olvidarnos de la causa de la explosión y servir en pequeños platos de enfado, desamor y desconfianza durante al menos un tiempo de negación y borrachera de autosuficiencia y orgullo. Echar pepitas de pánico por encima.
Prestar especial atención a las fases de negación y teatralidad, así como a los aderezos de culpa y falta de confirmación.
Lo más recomendable, no obstante, es y será, pasado un tiempo razonable, vomitar.
Buen provecho.