miércoles, 23 de diciembre de 2015

CÓCTEL de ANSIEDAD con SALTEADO de PÁNICO

Ingredintes para 1 vida:
Atasco. Carga. Presión. Imposibilidad. Limitación. Duda. Temblor. Miedo. Culpa. Negación. Soledad. Causa. Efecto. Afecto. Defecto. Inquina. Colapso. Impaciencia. Desamor. Decepción. Enfado

Modo de Preparación:
Coger severos momentos de duda, miedo y temblor. Negarlos a fuego lento durante al menos 4 años. Quitar del fuego y aderezar con culpa cada defecto. Volver a poner al fuego, a poder ser en la más absoluta soledad, 3 años más. Tapar y dejar reposar con el fuego apagado entre 18 y 24 años.
Por otro lado, cortar en cachos muy pequeños la seguridad hasta hacerla añicos y mezclarla con la desconfianza. Batir impaciencia y decepción. Mezclar y añadir nuevamente culpa y negación. A falta de negación, podría usarse apariencia social como aderezo.
Tomar el contenido del primer recipiente y mezclarlo con la salsa. IMPORTANTE, dejar reposar SIN dejar de batir. Tapar la mezcla con apariencia y teatralidad y meter al horno. Dejar en el horno a gusto del consumidor. Cuanto más tiempo, mayor colapso, inquina e imposibildad de vivir. La opción extrema es esperar a que el horno explote( suele ser también la más usada)
Una vez sacado del horno, olvidarnos de la causa de la explosión y servir en pequeños platos de enfado, desamor y desconfianza durante al menos un tiempo de negación y borrachera de autosuficiencia y orgullo. Echar pepitas de pánico por encima.

Prestar especial atención a las fases de negación y teatralidad, así como a los aderezos de culpa y falta de confirmación.

Lo más recomendable, no obstante, es y será, pasado un tiempo razonable, vomitar.

Buen provecho.

martes, 22 de diciembre de 2015

CUENTOS MÍNIMOS II

- Aquella poesía era tan tuerta, que las rimas sólo se asomaban a su puerta

- ¡Qué envidia! Yo también quiero ser blanco - dijo el color rojo

- Había una vez un clip tan revolucionario que en vez de sujetar folios, sirvió para abrir taquillas

- Se sentía tan sola que gritó con todas sus fuerzas llena de angustia. Los que le querían, se quedaron sordos al encontrarse tan cerca

- El día que dejemos de intentar parecer felices pereceremos felices - dijeron las familias en navidades

-  Quiso dejar de desearla pero ya era tarde, ella estaba de nuevo en su cama

- ¡Tengo mucha sed! - insistió el cactus

- ¡Vaya, otra ventana cojonera! - pensó la mosca intentando salir fuera

- Su sueño era dar la vuelta al mundo. No le quedaba nada de dinero. Giró el mapa, y lo consiguió

- Era tan ingenua, que ella en vez de caerse del burro, se compraba otro

- Llegaba tarde una vez más, nunca conseguía llegar el primero. Aquel segundo odiaba su destino

- Aquellas navidades, el mundo entero apagó de golpe las luces de navidad. Se ahorraron tantas cosas...

- Supuestamente, yo no tendría que estar aquí - dijo la duda en plena certeza

- Dentro del cerebro no consigo ver nada - dijo el cirujano mientras operaba. Pues anda que fuera...- pensó la enfermera que lo amaba

- Se enamoró  sin entender una palabra. Ella se lo explicó todo con peros y pañales

- Era tan rebelde, que ella cuando confiaba, en vez de bajar la guardia, se la tiraba

- Era muy cabezona. A aquella nariz se le metió entre narina y narina estornudar, y lo hizo

- Aquél dictador llevaba la voz cantante. Lo que nadie entendía era a dónde




viernes, 18 de diciembre de 2015

CUENTOS MÍNIMOS

-  Temía morir deshidratado y bebió tanta agua, que se ahogó

- Estaba rodeada de príncipes que decían ser azules. Ella los veía negros. Por no discutir, se quedó con el azul más oscuro

- De cada seis latidos, uno estaba ausente. No sabía si era por falta de amor propio o tan solo porque él se los había robado 

- La ciudad estaba dormida. Cuando despertó, le habían robado sus calles. Nadie podía pasear

- Sonriente fue a votar. Cansada se acercó a la urna. Dudosa emitió su voto. Triste vio que el voto nulo seguía sin ayudarle a reivindicar nada

- Leyó durante toda la noche. Al despertar se dio cuenta de que había soñado. Aquél fue el primer día que voló

- Y cuando aquel fuego artificial explotó rabioso al no poder aguantar más, todos aplaudieron

- Fingió ser feliz tantas veces que al final la felicidad era fingirlo antes que serlo

- ¿Qué tal estás? preguntó ella. Mal, respondió él. Y ella echó a correr

- Tenía las articulaciones entumecidas, ¿sería artrosis? se preguntó. Aquella estatua pensaba demasiado...

- ¡Qué de mierda! dijo el delfín mientras entraba en casa

- Tomó la cebolla. La peló. La limpió. La troceó y la envasó. Al salir del trabajo, fue al supermercado y la compró. No tenía tiempo para andar cocinando.

- Sin duda alguna, la única duda que le quedaba era ese Sin

- El miraba fijamente el teléfono. Melancólico, triste. Ella no le llamaba. Enchúfame idiota - pensaba el teléfono

- A aquel barco invencible, se le empezó a mojar la carena. Dos minutos después se había hundido. El niño lloró. Era su primer barco de papel

- El día que dejemos de besar ranas nos regalaremos un princip-io

- Este cuento misterioso tiene dos finales. Uno es este. El otro...

- Se esforzó tanto en no parecer gilipollas, que lo consiguió. La gente le consideraba sólo imbécil

- ¿Y si apagan la luz? - se preguntó aquella neurona inmortal

- "No tengo nada más que decir" rezaba la nota de aquella botella mensajera que el náufrago echó resignado al mar

lunes, 14 de diciembre de 2015

HAY MIEDOS

Hay miedos que te roban el aire. Hay miedos terribles, los hay atroces y los hay que te hunden tan sólo con que los roces. Hay miedos superficiales, los hay profundos. Hay miedos disfrazados, los hay secretos y los hay que suponen infinitos retos. Hay miedos beneficiosos, los hay inútiles y los hay que parecen ociosos. Hay miedos absurdos, los hay sesudos. Hay miedos sorprendentes, los hay esperados y los hay que desaparecen por sorpresa. Hay miedos que quedan, los hay que laten. Hay miedos que riñen y los hay que debaten. Hay miedos que restan, los hay que suman y los hay que no saben ni en qué ecuación están. Hay miedos dignos, los hay desastrosos. Hay miedos entendibles, en casi todos los casos. Hay miedos fuertes, los hay enclenques. Hay miedos que gritan, los hay que silencian y los hay que tiritan. Hay miedos llenos de algo. Hay miedos vacíos de todo. Hay miedos llenos de todo, cuando estamos vacíos de algo. Hay miedos que tienen ilusión. Los hay que brotan tan sólo con pensarlos y los hay que desgarran con fuerza la pasión. Hay miedos idiotas y los hay muy idiotas. Hay miedos entendibles y los hay muy entendibles. Hay miedos hacia dentro, los hay hacia afuera. Hay miedos hacia arriba y los hay hacia abajo. Hay miedos que cambian y los hay que te cambian. Hay miedos sensatos, los hay locos y los hay que te hacen pasar verdaderos malos ratos. Hay miedos que crecen y los hay que desaparecen...  desaparecen...desaparecen...