viernes, 26 de diciembre de 2014

SINTETIZADOR DE IDEAS

- El dolor ocupa lugar

- Solución (utilizable en toda índole de conflictos): Comunicarse, y no dar comunicando

- Para comunicarse bien, lo primero será mirarse hacia dentro  y descolgar

- Tener la certeza de que el tiempo lo cura todo, no le exime al ahora de su derecho a doler

- Luego: dícese de tarde

- La existencia no debería importarle hasta tal punto a uno, como para llegar a no dejarle existir

- Si el abrazado es el bueno, el abrazo lo es más

- Amor no falta, eso jamás. Lo que falta es dejar de amorfarlo o amorfaltarlo

- Respuesta (utilizable en toda índole de conflictos): No lo sé

- Hay gente tan buena tan buena tan buena, que no le parece que hay gente mala
- Hay gente tan mala tan mala tan mala, que seguro que son un poco buenos
- Hay gente tan buela tan buela tan buela, que todos somos ambos

- Nadie jamás te despertará mejor de lo que tú mismo serías capaz

- Sólo se le tocan las pelotas al que tiene las pelotas al aire

- Yo finjo, Tú finges, él vive
- Yo vivo, Tú vives, él bebe
- Yo bebo, Tú bebes, El babea
- Yo babeo, Tú babeas, El nos da igual

- Sinceramente, jamás dejo de mentir salvo cuando miento

- Diré algo, no obstante, prefiero no hacerlo

- Vivir enfadado no tiene sentido. Lo que a veces tiene sentido es enfadarse

- Vente y hagamos un trio. Tú, Yo y Ambos

- Si te atas los cordones...¿por qué no la calma?

- Sigamos adelante como si esta sección importara y si realmente importa, sigamos adelante


lunes, 22 de diciembre de 2014

VIVOS TODOS


Que viva el caos en su eterno caotizar. Que viva el caos, los caotizadores, los caóticos, los caotizantes.
Serenos todos. 
Que viva el caos en su eterna serenidad de liarlo todo robando la ilusión de control. Control del vivir, control de controlar, control de no soltar. Que viva los controladores, los controlados, los controlantes.
Inquietos todos. 
Que viva el caos en su inquieto doler calmado. Doler de no entender, doler de entender, doler intranquilo. Que viva los dolidos, los doledores, los dolientes.
Valientes todos.
Que viva el caos en su eterna puerta secreta al valor de tolerarlo. Tolerar el marear, tolerar el descontrol, tolerar el mirar y ver, tolerar el ver y no poder enfocar. Los tolerados, los toleradores, los tolerantes. 
Despiertos todos.
Que viva el caos en su eterno empujón hacia el cambio, hacia el crecer. Crecer en los cambios, cambiar creciendo, creer en el cambio. Los cambiados, los cambiadores, los cambiantes.
Nuevos todos
Que viva el caos y sus serenos, inquietos, valientes, despiertos y nuevos. Los humanos, los humanizadores, los humanizantes.
Vivos todos.

domingo, 14 de diciembre de 2014

CRÓNICAS DE UN CEREBRO

A veces le dolía el cerebro. Se llenaba de ideas y de conclusiones. Se llenaba de esa visión del mundo tan dañina para quien reza permanecer ciego. A veces ni siquiera sabía sobre qué eran las conclusiones o en calidad de qué le venian las ideas. ¿Era en calidad de recuerdo?¿de aspiración? ¿de frustración? ¿de hipótesis? No lo sabía. Por un momento, sólo se ahogaba en conocimiento, sin poder ordenarlo, sin poder entenderlo y lo que es peor, sin poder manejarlo.
Pero después, pasados esos primeros momentos, respiraba profundamente y las ideas se ordenaban, las conclusiones se entendían así como su por qué. El dolor de cerebro desaparecía en la medida en que respiraba y ordenaba. Todo resultaba precioso después. Todo resultaba verdad incluso lo poco que quedaba desordenado.
Se llamaba Enrique, y  sufría ataques de lógica. Tenía setenta y cinco años, y era escritor, aunque se ganaba la vida con la frutería que regentaba desde hacía ya cincuenta años. Sin embargo, cada mañana ante el espejo del baño se prometía que aquel sería el día en el que no iría a la tienda. Tomaría el manuscrito de una de sus novelas y se recorrería la ciudad entera, de editorial en editorial, presentando aquello que él había titulado 'crónicas de un cerebro'. Cada noche volvía a casa, y antes de acostarse dejaba en la cajita de la mesilla la recaudación de la caja,  se miraba en el mismo espejo y se acariciaba la desconfianza a golpe de convicción. Mañana quizás. Y es que a veces ocurre que la desconfianza se torna cobardía y uno se queda sin intentar lo que sueña.
Nunca había tenido hijos, en parte debido a que su mujer falleció a los pocos meses de haberse casado y en parte porque se sabía cobarde ante la realidad a la que los niños consiguen enfrentar a los adultos. Cada vez que alguien decía que los niños eran espontáneos, él entre dientes decía: lo que son es sinceros. Y Enrique se temía mucho. Sobre todo cuando sufría los ataques de lógica. De alguna manera era feliz en su tienda, sin hijos, con una rutina y soñando cada día con poder llegar a vivir de quien ya era sin saberlo. Un escritor que sufría de lógica y que encontraba que la vida era, a grandes rasgos algo aburrido, pues jamás la vida le había llevado a donde le habían llevado sus letras. Y eso que había pasado dos guerras y sus padres habían muerto muy jóvenes. 
Enrique quería a muy poca gente. Y además, aquellos a quienes quería, habían muerto hacía tiempo. A ellos, les habría dado el manuscrito y habría esperado paciente sus opiniones. Ahora, no tenía a nadie, hacía mucho que no tenía a nadie. Y no le importaba nada más que abrir su frutería cada día, y cerrar con una caja aceptable que le permitiera pagar las facturas. No sentía pasión por nada más.
Los últimos ataques de lógica, le habían dado sin embargo unas conclusiones extrañas, desagradables. Quizás, había vivido de manera cobarde. Quizás huyendo hacia delante. Quizás se había perdido, algo importante. Estaba cansado y confuso. Estaba despierto y alerta. Le dolía el cerebro y bajó a abrir la frutería, esta vez con el manuscrito por delante.

martes, 9 de diciembre de 2014

SIINTETIZADOR DE IDEAS

- Cuanta más duda, más acción...siempre que decidas

- Estaba tan harto de esperar sin saber, que se fue a comprar un reloj para esperar mejor

- Cuando quieren que quieras lo que no estás queriendo...¿quien puede querer eso? Quien cree quererte

- Cuando creen que quieres lo que no estás queriendo... ¿quien puede creer eso? Quien cree que te conoce

- Cuando te quieren queriendo lo que estás queriendo...¿quien puede querer eso? Quien te cree

- Cuando quieres que te quieran queriendo lo que estás queriendo...¿quien puede querer eso? Tú, queriendo

- Llevaba gafas para ver mejor. Se le olvidó que no estaba mirando

- La fantasía inunda la percepción

- La inseguridad creerá a pies juntillas a la percepción ahogada. ¡Flota!

- Estar sólo es tan maravilloso, que necesitas una frase para convencerte

- Estar con alguien es tan maravilloso, que sólo es mejorable por estar sólo

- Fiate tú de ti, que yo estoy ocupada desconfiando de ti

- ¿Qué pasa?¿Acaso es la primera vez que leeis a alguien pensando en escrito?

- Todos somos tan tan, que go go

- Si tienes ganas de llorar, llora. Eso sí, trata de que sea riéndote

- Tengo ganas. ¿y tú? ¿tienes algo?

- Por proponer que no quede... ¿te vienes y vivimos?

- Estoy tan alegre que me salen chispas de la tristeza

- ¿Querer podrá ser alguna vez algo más que distorsionar?

- Y a la princesa que sufría, le pasó a importar tres narices el por qué

- Y a la rana que besaba, le creció una corona, pero esta le picaba

- Felicidad: Dícese de...dícese

- Soy tan tímida, que alucinada estoy de mi escribimiento

- Me río. Y punto

lunes, 8 de diciembre de 2014

UN ABRAZO

Abrazar es como caminar con paso calmado, como correr una maratón hacia todos lados. Es como soplar velas de un candelabro, como acariciar el aire, como soplar vidrio, como concluir entre sereno y serenado. Abrazar y ser abrazado. Como uno más, como uno menos, como uno. Abrazar sin otro objetivo que llegar al abrazado. Ser abrazado sin otro objetivo que intentar ser llegado. Abrazar abrazando al ser amado y abrazar amando al ser abrazado. 
Abrazar es como sonreir desde dentro, como ironizar desde fuera, como temer desde cerca. Abrazar es como crecer desde el corazón, como pensar desde el cerebro, como ser relámpago en tormenta. Es como ganar certeza, como perder dolor, como querer quedarse, como decir adiós. Abrazar y querer ser abrazado. Como uno más, como uno menos, como uno. Querer ser abrazado como especial, como con cariño, como con felicidad, como con lugar. Abrazar para confirmar. Ser abrazado para ser confirmado.
Abrazar es como tener tiempo que no se acaba, como tener prisa con tiempo, como que no exista el tiempo. Abrazar es como el instinto respirando. Es como ser feliz estando, como existir no fingiendo. Es como dormir a un bebé, como señalar un acierto, como tallar madera. Abrazar y ser abrazado. Abrazar sin otro objetivo que abrazarse. Abrazar con el humor del rezagado, con la soledad del acompañado, con la libertad del soltero, con la felicidad de lo tolerado. Como uno más, como uno menos, como uno.
Abrazar es abrazar. Y lo demás, son tonterías.

LICAS

Sentía tanto amor siempre, que le resultaba imposible ser infeliz. Sonreía sin control, hablaba sin miedo aun sintiéndolo y poca gente le entendía. Tenía seis años y mucha vida por detrás. Se llamaba Licas y odiaba la mitología griega. Amaba todo. Amaba tanto, que amaba hasta lo que odiaba. A veces, él mismo se daba cuenta de que aquello no era común. Solía ver cómo la gente ponía caras extrañas cuando le oían hablar. Solía percibir, que sus palabras resultaban otro idioma. A veces, sólo a veces. Sus padres se habían acostumbrado a oirle hablar de amor y de la falta de este, del miedo y de la necesidad de este. Sus padres se habían acostumbrado, y ya no le oian. A fin de cuentas, tan sólo era un niño y qué podía saber él.
Licas se dirigió  a la fuente central de la plaza de los tulipanes. Estaba preciosa en aquella época del año. Era una fuente atípica y poca gente sabía que uno podía asomarse a sus aguas y ver el color de su ánimo. El de Licas, siempre era morado y a él le gustaba. Se sentía bien, se sabía bien. Era bien. 
Solía jugar con sus amigos en aquella plaza y de vez en cuando, le gustaba sentarse en el borde de la fuente  y balancear sus cortas piernas mientras observaba al resto de niños corretear, jugar, pelearse y sonreir. Le gustaba porque lo entendía todo mejor, como un gran puzzle que desde la distancia dibuja una perfecta imagen a la que no le faltan piezas. Sabía que desde cerca, la emoción dolida y asustada impedía la visión. ¡Qué importantes las piezas! , se decía, y volvía a jugar.
Un soleado día de invierno se acercó a la fuente. Una fina capa de hielo cubría la superficie de su agua. Aún así, pudo ver con claridad su color, morado. Y en esta ocasión, también pudo ver el de su padre. Era rojo y le extrañó. Le miró a los ojos mientras su boca se esforzaba por pronunciar y su ceño se fruncía. ¿Qué te ocurre padre? ¿Estás bien?,  alcanzó  a decir. Sí hijo, sólo un poco cansado,  no te preocupes, le respondió como de manera automática. Pero es que ya estoy preocupado, continuó Licas, ¿no podrías explicarme lo que ya percibo? dejarme a solas con la fantasía sería mil veces peor y me asustaría más, dijo mientras le agarraba la mano. La fantasía inundaría tu percepción, le respondió su padre, pero sólo si no te dieras cuenta de por qué podrías llegar a ahogarte. Flotar. Flotar es crucial. Ahora ve y juega como un niño. Lo que juegues hoy, será importante.
Sentía tanto amor siempre, que le resultaba imposible ser infeliz. Sonreía sin control, hablaba sin miedo aun sintiéndolo y poca gente le entendía.  Se llamaba Licas, y era un niño, un niño importante.


martes, 2 de diciembre de 2014

MENUDO CUADRO

Me llamo Jesús, y tengo 58 años. Me mareo. Pero no pasa nada, sólo todo. Y tampoco parece tanto sentado en el sillón, con una cerveza en la mano y la mirada perdida en el cuadro más feo que jamás dibujé. Desde luego era mejor en mi cabeza que lo que hizo aquel pincel. Por alguna razón, pensé que quizás el impulso era ser artista y no llegué ni a bromista. Pero ahora el problema es todo. Porque de pronto ya mi todo se ha convertido en nada y el futuro es otra cosa que ni siquiera estoy seguro de que esté después de ahora. Mi corazón empieza a estar algo mayor y cansado, o eso dicen los médicos. Pero bebo cerveza, total, un sorbo más...como mucho me ayuda a estar en después y que importe menos el cómo ha llegado. Pensé en girar mi vida, tanto que la giré 360 º y me quedé como estaba pero mareado. Girar mi vida, ¡Qué osadía! Mareado y frustado. Me tropecé en cuanto me puse a andar. Claro, un pie iba hacia delante y el otro hacia atrás, debí haberme dado cuenta de que no funcionaría. Pero si algo soy, es testarudo. Y no cualquier testarudo, soy profesional.  Profesional de tozudeces de mi cabeza, esa que tanto me miente. Esa que me hizo andar para quedarme quieto.
Todo me parece errático, influyente, trascendental. Y me lo parece porque nada es importante y eso es estúpido y contradictorio. Pero es así. Porque empezé a pensar, luego empecé a andar, luego giré para quedarme donde estaba y todo fue vital. Tanto, que ya no importa nada, sólo otro sorbo, a ver a dónde me lleva. Sentado en el sofá, mirando ese cuadro que pinté. Que tampoco está tan mal. Es feo, si lo miras desde la intención de que lo sea. Pero tiene su punto. Bueno mi punto, el que le di cuando osé abrirme. No pasa nada, sólo todo. Sentado en el sofá, con la mirada perdida en mi pensamiento de estupor ante la duda y el ahogo. Tampoco es que me falte mucho aire, pero me sorprendo necesitando respirar más. Todo me parece idiota, hasta tal punto, que me cuesta seguir. Ahora, todo es nada y eso me deja raro. Bebiendo otro sorbo de cerveza. Porque la vida quizás no sea otra cosa que sorbos extraños, sentado en un sofá con la mirada perdida, y el fútbol de fondo.
Todo me parece irrelevante. Tanto que sé que es importante, pero sólo durante unos segundos, esos que durará mi vida. Porque luego queda la nada. La nada de un montón de todos. Sentado en mi sofá, con la mirada en ese cuadro, el único que pinté, el que más me gusta. Es mi mejor obra, si olvidamos por supuesto, que también es la peor. Es el amago de cambio más atrevido que tuve desde que decidí moverme para quedarme como estaba. Total, ¿a dónde pretendía llegar?.  Todo es ya punto y final, con lo que me gustan los puntos suspensivos... Aún estoy algo mareado. Y me recupero, me centro. Bebo otro trago. Al fin y al cabo no puede cambiarse tanto sin moverse.
Todo me parece inquietante. Me pregunto si la gente pensará en estar viviendo. Tomarán conciencia de ese lapso de tiempo llamado vida en el que uno es. Pienso en ello, sentado en el sofá, con la mirada perdida.
Menudo cuadro más bonito pinté, quizás aún haya esperanzas. Menudo impulso más precioso. ¿Y si la felicidad ya estuviera siendo?
Me llamo Jesús, tengo 58 años, y acabo de despertar. Menudo cuadro



domingo, 30 de noviembre de 2014

MI MEJOR TRABAJO

- Cuando estoy plenamente feliz, no veo nada más que las cosas buenas de la gente- dijo Elene mientras se frotaba el ojo que tenía tras el parche
- ¿Y cuando estás plenamente triste, no ves nada más que las cosas malas de la gente? - le preguntó su hermano mientras trataba de evitar que Elene continuara rascándose
- No. Cuando estoy plenamente triste no veo nada más que las cosas malas mías
- Pero eso no es justo Elene- dijo Manu- ni siquiera estoy seguro de que eso sea sano- continuó
- Ya, pero es la verdad - respondió ella, y dio media vuelta. Llegaba tarde y aún tenía que terminar el trabajo

El maldito parche le estaba molestando más de lo habitual. Hacía años que lo llevaba. Ella sentía prácticamente haber nacido con él. "Si tan sólo conservara aún los dos ojos" se dijo "podría ver el doble de lo que veo. Quizás hay cosas que no estoy entendiendo tan sólo por estar viendo la mitad" pensó.  " A saber" dijo en voz alta,  y una pequeña resignación acarició sus labios.
Elene era una asesina a sueldo. De las mejores del planeta. Personas de todas partes del mundo habían contratado sus servicios. Era limpia y discreta. Con los años, y sus trabajos, se había labrado una fama de asesina elegante y todo hay que decirlo, dejando a un lado la posible discusión moral sobre su trabajo, así era. Jamás había dejado ningún tipo de pista tras su paso, y si lo había hecho, había sido de manera premeditada. Siempre que le había sido posible, había evitado el sufrimiento de la víctima. Y jamás dejó un sólo cadaver sin dedicarle treinta segundos de su tiempo a agarrarle la mano. Dicen, que es el tiempo que necesita un alma para despegarse del cuerpo. Ella lo leyó siendo muy pequeña y de algún modo, y por si era cierto, necesitaba hacerlo. Le gustaba pensar, que cada alma que se desprende, hasta la más indeseable, se merecía ese homenaje. Había matado a todo tipo de gente. Y salvo ese instante final con ellos, el resto de sus vidas, le daban igual. Detestaba la doble moral, y solía pensar mucho en ella. Sabía que era imposible esquivarla y que quien lo intentaba, se perdía en explicaciones rocambolescas sobre uno mismo para convencer, con suerte y en el mejor de los casos a alguien que llamaría desde entonces "alma gemela". Para ella aquello, era una quimera. Quería esquivar la doble moral, lo ansiaba, lo necesitaba, pero no lo conseguía. Se reconocía  dual, y eso le hundía.
Apretó el paso hacia su apartamento, aún tenía que terminar el mejor de sus trabajos y se le había hecho demasiado tarde. Comprobó una vez más que en la mochila llevaba todo lo necesario. Lo comprobó con especial mimo, pues era su mejor encargo. Entró en el apartamento y lo dispuso todo. Se preparó un té con miel que se tomó mientras miraba por la ventana del salón. Se sentía plenamente triste y plenamente feliz. Se sentía dual, real. Miró la soga y después la silla. Tomó papel y bolígrafo. Respiró hondo y se agarró la mano."Mi mejor trabajo" se dijo.





lunes, 24 de noviembre de 2014

LA IDEA DE LA IDEA, LA IDEA DE IDEAR

La tranquilidad de la sonrirsa, la sonrisa de la tranquilidad. La fuerza de la risa, la risa forzada. La sonrisa rizada, el rizo de sonreír. La felicidad suprema, la suprema felicidad. La máxima atención, la tensión máxima. La idea de vivir, la vida de las ideas. El gozo de respirar, la respiración gozosa. El ocio de lo pleno, el vacío del ocioso. Lo hermoso de estar neutro, lo neutro de lo hermoso. Lo rápido del amor, el amor de un rápido. Lo directo de mirar, la mirada directa. La presión de la palabra, la palabra sin presión. Lo correcto de la sensación, la sensación correcta. Lo obligado de negar, la negación de lo obligado. El agradecimiento de un mimo, el mimo de agradecer. El perecer de la fuerza, la fuerza de perecer. La actitud de la escena, la escena de actuar. El susto de un brinco, el brinco de asustar. La intranquilidad de contar hasta cinco, contar hasta cinco y tranquilidad. Lo lícito del enfado, el enfado de lo lícito. Lo vivo de estar, el estar de un vivo. El despertar de un camino, el camino del despertar. Lo genial de lo inesperado, lo inesperado de un genio. Lo familiar de un dolor, el dolor de un familiar. Lo bonito de ahora, el ahora de lo bonito. La duda del futuro, el futuro sin dudar. El triunfo de la valentía, la valentía de triunfar. El amor de escucharse, el escucharse para amar. El objetivo de la calma, la calma de la objetividad. Lo subjetivo de lo objetivo, lo objetivo de subjetivar. La idea de la idea, la idea de acabar.


martes, 18 de noviembre de 2014

LA ASUSTADORA DE Z(C)EBRAS

Aiko tenía 32 años. Era morena, cosa que odiaba, pero detestaba aún más los tintes. Se dedicaba a la cría de zebras sin rayas, profesión que había ido aprendiendo de su abuelo. Su padre había muerto siendo ella muy joven y aunque solía pensar que no sentía dolor por su ausencia, a veces, un sarpullido en forma de flor le asomaba en el pecho, como cerca del corazón. Tenía un hermano rubio y ella le odiaba por eso. Sobre  todo porque era la única excusa que había podido encontrar para hacerlo. Lo cierto es que lo admiraba. Era buena persona y algo torpe con las palabras; pero era muy diestro con la verdad. El era mas pequeño que ella. Sin embargo, comenzaba a mostrar una interesante destreza en la cría de las zebras sin rayas. A veces, ella misma se quedaba atontada viéndole trabajar.
Las zebras sin rayas no eran fáciles de conseguir y mucho menos de criar. La diferencia principal entre las zebras con rayas y las zebras sin rayas, no eran las rayas. La diferencia principal era su mirada. Si no, con tener un caballo blanco, cualquiera habría podido dar gato por liebre o, en este caso, caballo por zebra. La mirada de una zebra sin rayas era especial y Aiko sabía verlo. Para obtener una buena zebra sin rayas, bastaba con tomar una zebra al uso, y asustarla de un  modo tal, que el propio susto hiciera caer las rayas. En el proceso de temer, la zebra iba adquiriendo un brillo especial en la mirada, que la hacía única y verdadera; como todas las demás. Aiko era especialmente buena en su tarea como asustadora. Se dice, que alguna zebra perdió todas sus rayas tan sólo con que ella le clavara su mirada. Era muy creativa y le gustaba experimentar. Probaba todo tipo de sustos. A veces con petardos, otras sólo con palabras. A veces con música, otras sólo con silencios.
Pero una mañana, en la que al oir el despertador se reconoció especialmente perezosa, se dirigió al baño para darse una ducha, y paró ante el grifo. Apenas acertó a abrir el agua fría con una mano, mientras con la otra trataba de estirarse los ojos, como queriendo obligarles a trabajar antes de lo posible. Todos sabemos, que los ojos despiertan siempre después. Puso sus pequeñas manos en cuenco bajo el frío y tímido chorro de agua, y se las llevó a la cara. Trató de abrir grandes los ojos, pero aún no estaban listos. Tras un nuevo cuenco y un sonoro bostezo, pudo al fin verse en el espejo. Su mirada brillaba de una manera especial. No puede ser, se dijo, no...yo  no. Y volvió a mirarse en el espejo. 
Reconoció aquel brillo. Reconoció aquel temor. Reconoció las consecuencias del impacto. Supo que estaba asustada y bajó corriendo a donde su abuelo.¡Abuelo!, gritó desesperada, no sé qué me pasa en la mirada pero parece que tenga temor. Tranquila hija, le dijo sereno su abuelo, será que te empieza a asomar el valor. 











Dedicado a todos los valientes que se asutan y a todos los asustados que se atreven
zebra

domingo, 9 de noviembre de 2014

HOY

El mundo gira ¿sabes? y sigue girando. Porque es cruel e intenta arrastrarnos. Nos arrastra hacia delante sin frenarnos. El mundo gira; a veces hacia demasiados lados. Y nos deja el aire justo para recordarnos. Pero ¿sabes? el mundo se olvida de mirarnos. El mundo no cuenta con los sentimientos. Esos, somos nosotros. El mundo vive cruel y deja dolor. El mundo duele, pues le falta reflexión. El, sólo avanza. Avanza sin compasión. Un mundo precioso, lleno de lugares y de intención. Lleno de posibilidades, y de proyección. Un mundo que te ha perdido, y eso que tenías toda la ilusión.
Recuerdo los puzzles porque aún siento las risas haciéndolos. Recuerdo las bandas sonoras porque aún siento lo épico de cada momento. Recuerdo las piedras de miramón porque aún siento las agujetas de pasearnos. Recuerdo sentir amor. Recuerdo sentir admiración. Recuerdo sentir aventura y recuerdo sentir ilusión. Lo recuerdo tanto, que estoy convencida, de que sigue siendo hoy.





J. 7




martes, 4 de noviembre de 2014

AMAINA

Amaina cuando el viento baja y la lluvia se vuelve tímida. Amaina cuando alguien mira y además te mira. Amaina cuando se sonríe con destreza a lo nacido en rareza. Amaina cuando el recuerdo de una infancia se vuelve perdón, cuando el adulto es el padre del niño y no al revés. Amaina cuando se ordena uno, primero mal, luego torpe, después cerebral, al final de rebote. Amaina cuando te cantan palabras bonitas, cuando te escriben sonidos de nana, y cuando te cantan sonidos nada bonitos. Amaina cuando el doler  puede ocupar su lugar sin por ello ocuparlo todo. Amaina cuando el sentido del humor pasa de salvarte la vida a intensificar la felicidad, cuando mirar hacia delante es algo más que fantasmagórica realidad. Amaina cuando la sonrisa llega al alma, cuando la seguridad construye pilares, cuando la certeza se deja de lado y se va a otros lares. Amaina cuando te escuchas. Cuando te permites. Cuanto te dejas amainar. Amaina cuando la culpa, ya ocupa otro lugar, cuando la deuda es nula, cuando ya estás agotado como una mula. Amaina cuando decides amainar. Amaina cuando veinte años atrás ya no pesan, cuando cien años adelante sólo cesan. Amaina cuando el perdón es algo más que sólo un sonido que retumba desde la cuna, cuando revisas tu crecimiento, cuando te calmas con la luna. Amaina, cuando Freud dice: hola, cuando Hitler dice: adiós. Cuando Chaplin dice: adelante, cuando Allen dice: ¡por dios!. Amaina cuando Frida dice: puedes, cuando Buda dice: suéltalo. Cuando Arquímedes dice: eureka. Cuando tú te dices: amor


domingo, 2 de noviembre de 2014

SINTETIZADOR DE IDEAS

- El sentido del humor se esconde exactamente donde lo dejaste

- Y justo cuando no hayas puesto despertador, despertarás

- Temblar sin parar es tan absurdo como ir a algún sitio, para no estar

- El caos forma parte del todo. El error es darle todo el lugar, y no sólo parte

- Una mirada limpia tiene más lágrimas que una fingida, pero es más real

- Buuuuuuu- dijeron los fantasmas- y como era Halloween les creímos

- De todos los colores, el que más me gusta es no tener que elegir uno

- Las ideas empapadas en temor se convierten en ciencia ficción

- Dejar ir es seguir estando sin tener que marcharte

- Desquiciarse es temer desde un poco más lejos

- Crecer, crecer y crecer. Y mientras tanto, ser enano

- Si no puedes, alguien cerca podrá. Y si nadie cerca puede, será porque en realidad sí que puedes

- A veces la desconfianza se torna cobardía y uno se queda sin intentar lo que sueña

- Y qué pena perderse perdiéndose
- Y qué gusto encontrarse perdido
- Y qué pelea encontrarse encontrado

- Atreverse a querer es muy osado, tanto que en realidad uno a lo que se atreve es a que no le quieran

UNOS MÍNIMOS:

- Cuando la princesa se quitó los zapatos, le olían los pies. Y sólo por eso, el príncipe se casó con ella
- La rana que sólo sabía una canción, decidió no cantarla nunca mas y entonces se quedó muda
- La zebra sin rayas cruzó con melancolía por el paso de peatones y sólo entonces lloró
- Cuando el rey murió, su reino cayó en un profundo sueño del que muchos, aún no han conseguido despertar
- Las calabazas talladas con precisión, intentaron poner otra expresión, pero ya estaban marcadas
- Y el niño valiente, se puso en pie y les prohibió a sus padres seguir traumatizándole. Todos, aún ríen


JODER JODER

Joder, joder.
Jurásica jasadura . Juñido jadeo . Juzgante juzgar.
Jorobado juglar jaulero. Jauto joder . Jeroglífico jaque. Jasante justiicación

Joder, joder
Jugada jamás jorobada. Jugada juergada
Justo juego. Jocoso jolgorio. Jubilosa juventud jactada
Jusítica jaca jaleada

Joder, joder

miércoles, 11 de junio de 2014

SINTETIZADOR DE IDEAS

- Sólo pasión, pide revancha. Sólo ternura, engancha.

- Lo sereno de la pasión aparece cuando asoma la ternura. Lo rebelde de la ternura, en cuanto asoma la pasión

- ¡Cállate! - me dije mientras trataba de seguir reprimiéndome...

- La hiperactividad social me estaba alejando de acercarme a mí

- Inquieto, es vivir un camino nuevo. No andar, es quedarse quieto

- Cuando no sepas muy por qué no estás bien, probablemente sea por eso que acabas de negar como causa en voz alta

- Negar con ahínco es temer sin destreza

- La vergüenza es sólo el deseo sin potencia

- El deseo sin potencia es sólo la confianza sin fuerza

- La confianza sin fuerza son sólo  mentiras sin fundamento

- Las mentiras sin fundamento, son una vergüenza

- El otro día me desperté, y estaba riendo. ¡Qué mal día tuve!
- El otro día me desperté, y estaba llorando ¡Qué buen día tuve!
- El otro día me desperté, y estaba viviendo

- Cada patada en tu propio culo te dolerá a ti, pero en el culo de otro

- Sigue diciéndote lo que crees que te falta para ser feliz. Te espero aquí siéndolo

- Admitir no es aceptar

MÍNIMO, UN MARATÓN MÍNIMO

- ¡Por fin aprendí a nadar!- dijo mientras glu glu glu
- Y el pájaro que nunca había conseguido volar, agitó fuerte sus alas, y se volvió a caer
- En cuanto supo que estaba perdido, encontró la manera de perderse más. Y es así como se encontró
- Y a aquél corazón le cayeron tantas lágrimas de los ojos, que aprendió a reír
- Y saltó tan alto  la rana, que nadie se atrevió a recordarle que era sólo una culebra
- En el instante en el que estornudó, sus ojos se cerraron y aquél resfriado se la tragó
- Y el príncipe que nunca había sentido miedo, se puso el siguiente partido de fútbol
- Y la princesa que nunca había pensado, se volvió a sentar finguiendo no querer ser salvada
- En el instante en el que el brujo abrió la pócima, algunos despiertos supieron que era sólo agua en una botella



viernes, 7 de marzo de 2014

SILENCIO, SE SUEÑA


Sollozaba si se separaba, su ser se sentía solo . Separarse siempre suponía ser sensible sin saber serlo. Saltar sin sostén seguro. Sumergirse sin suspiro suficiente, sin soporte sereno. Sollozaba si se separaba, salía su sufrimiento. Sufrimiento sin simpatía, sin solidaridad. Sufrir solo. Sólo sufrir. Sentirse solo solía ser siempre su sutil sueño sufriente. Sentirse solo sin su suerte ¿sería ser solo su sino? Sentía sus sentimientos sin sutilezas, sentía sin censura. Sentía sin serenidad sana. Serieamente sopesaba su sufrimiento sin surgir solución. Si soñara, su sueño sería : saber sentir sin sufrir Su solución sería sentirse sano. Sentirse sano siempre supone seguir superándose, serio, sereno, sabio. Sabiéndose ser su ser soñado. Silencio, se sueña SERENIDAD

lunes, 3 de marzo de 2014

VAYANSE A LA MIERDA

Y sin volver la cabeza atrás, apretó fuerte el paso para alejarse de aquel infierno. Decidido, y con lo puesto, se dirigió a la estación de tren de su ciudad. A decir verdad, hacía mucho que había dejado de sentirla como suya. Aquella ciudad que le vio crecer, que le acompañó en su primer beso, que parecía haberle prometido eternidad , observaba ahora su partida sin ni siquiera inmutarse. La situación en su país se había tornado insostenible desde hacía poco para él también y, desde hacía mucho, para demasiados. Jamás se le había ocurrido pensar que un país tan desarrollado pudiera albergar tamañas miserias en él. ¡Desarrollado! Aquella maldita palabra le retumbaba en la cabeza, hiriente, lacerante, farsante. ¿Qué quería decir? Su significado se perdía a cada paso que daba hacia la estación. Según la RAE, desarrollar tenía muchos y muy dignos significados. Pero él, en aquel momento, no conseguía encontrarle ni uno. Decía la RAE: " acrecentar algo de orden físico intelectual o moral". Decía la RAE: "dicho de una comunidad humana progresar, crecer económica, social, cultural o políticamente". Decía él: ¡váyanse a la mierda! 
Váyanse a la mierda desde ya, desde ayer, desde antes. Váyanse a la mierda con los juegos de palabras, las medias verdades . Váyanse a la mierda con la ceguera ilustrada, con el absolutismo disfrazado. Váyanse a la mierda con la terquedad, con los votos comprados en falsa democracia. A la mierda con la inmoralidad. Váyanse a la mierda con dar más importancia al saber qué decir que al saber qué están ustedes pensando. A la mierda con vender quien no son por no saber bien quien son. Váyanse a la mierda con el borreguismo, con el 'librepensamiento borreguil' y con el emborregamiento al que nos apesta el culo a todos.Váyanse a la mierda con lo superficial y metan el morro en lo profundo.A la mierda con la no conciencia. A la mierda con la no responsabilidad moral como especie. Váyanse a la mierda con el subyugar con el subyacer y con el no soportar caer. Váyanse a la mierda con la mortalidad eludible. ¡¡Mortales, mortales todos!! Váyanse a la mierda. Vayámonos a la mierda.
 Es eso...o despertar.


    

domingo, 23 de febrero de 2014

Y PIENSAS

Y piensas que ella no piensa. Que quizás siempre es tal y como tú la has conocido. Y piensas que ella no piensa más allá de esos cinco minutos, en los que no pensó, o lo hizo pero sin llegar a hablar. Y sigues para adelante, una vez más. Sólo era alguien que no pensaba, te dices.
Y piensas que él no piensa. Que quizás siempre es tal y como tú temes haberlo conocido. Y piensas que él no piensa más allá de esos últimos cinco minutos de partido, en los que quizás resulte más fácil no pensar, aunque lo esté haciendo. Y sigues para adelante, una vez más. Sólo es alguien que no piensa, te dices.
Y piensas, que no puedes pensar tanto, sobre todo si va a consistir en prejuzgar. Sobre todo, si vas a pensar de manera tan superficial.
Y piensas...todo es más profundo....siempre que quieras pensar.

sábado, 25 de enero de 2014

EL MURO

Cada vez que estornudaba, perdía el conocimiento durante unos minutos. Le ocurría desde pequeñita, y la gente se asustaba muchísimo. Ella sin embargo, ya estaba acostumbrada y le parecía más un incordio que un verdadero problema. Sólo le ocurría al estornudar, y siempre sentía llegar el estornudo con lo que tenía el tiempo suficiente para tumbarse en el suelo y evitar la caída.
Tenía 22 años. Era bajita y menuda. Tenía el pelo negro como el carbón y los ojos azules como el cielo. Su piel blanca y suave siempre se encontraba colorida y viva a la altura de sus pómulos. Su mirada firme y decidida siempre se encontraba tímida y curiosa a la altura de sus miedos. Tocaba el violín. Le encantaba el martini rojo y siempre dormía con el pie derecho fuera de las sábanas. Tenía otras dos hermanas, pero a ninguna le ocurría lo que a ella. En su familia no existían antecedentes parecidos y a su edad ya, los médicos habían desistido en su intención de descubrir qué le ocurría y por qué.
Miró a la perfecta línea recta del horizonte. "Farsante" se dijo para sus adentros " yo sé que allí donde estás, no eres recta ni perfecta, sólo lo pareces" Le gustaba sentarse con los pies colgando del lado del mar. Le gustaba respirar hondo y suspirar aún más profundo. No era feliz.
Le picó la nariz y sintió que el estornudo se acercaba así que se tumbó recta en el muro desde el que antes colgaba hacia la marea. Del bolsillo derecho sacó una nota que cuidadosamente abrochó a su abrigo con una pinza. En ella explicaba lo que le ocurría. Quería evitarle el apuro a  la gente. Sabía que en pocos minutos volvería a mirar recta el farsante horizonte y no había necesidad de que la gente, asustada, se aglomerara a su alrededor sin conseguir muy bien saber cómo salvarla. Para ella sólo sería un parpadeo. Un instante en negro y de vuelta al color, color en blanco y negro.
Aaaaaaaachís!!
Pero abrió los ojos y ya no estaba en el muro. Estaba tumbada en algún lugar bien distinto y una intensa brisa de flores le invadió su diminuta nariz. Se incorporó y abrió enormes las pestañas, como queriendo hacer llegar sus ojos más allá. Todo era color. Un gigantesco campo verde lleno de todo tipo de flores de vivos colores. Rojos, naranjas, amarillos...todo era más vivo que nunca. Se puso de pie y vio que, junto a ella, una tortuga tejía una bufanda de colores. "¿Estoy soñando?" le dijo a la tortuga. "No, estás viviendo" le respondió ésta sin apartar la vista de su tarea.
Se dice que ya hace veinte años que la estatua de piedra nació en aquel muro junto al mar. Se dice que la estatua tiene sujeta con una pinza una nota. Una nota en la que se lee: "Soy feliz"

lunes, 6 de enero de 2014


Y ESE HONOR CONOCERLA

Y esa mirada que se aleja. Y esa mano que aprieta fuerte. Y esa pupila que suplica. Y esa boca que suspira. Y esa cama que acoge. Y esa manta que protege. Y ese acompañar que relaja. Y esa duda que se cierne. Y ese miedo que se posa. Y ese agradecimiento que se siente. Y ese honor que se respeta. Y esos pensamientos que invaden. Y ese alejarse que se nota. Y ese deseo que se resigna. Y esa lucha que cesa. Y esa calma que se espera.Y esa luz que se apaga. Y esa vida que se termina. Y que honor conocerla


viernes, 3 de enero de 2014

ELLA LO VIO

Estaba a punto de mirar por aquella mirilla, Se estremeció. Cada diminuta y esquelética parte de su cuerpo, temblaba en una intensidad con sordina, en un sin vivir respirando. Era difícil de explicar.
Ella no era así. Hasta entonces, nunca había temblado tanto, nunca había respirado peor.
Desde bien pequeña había sentido curiosidad por aquella mirilla. Una mirilla solitaria, silenciosa, se diría que hasta tímida. Una mirilla que suspiraba cuando se le acercaban. Ningún adulto había mirado a través de ella más de unas milésimas de segundo y ella, desde su tierno chupete, soñaba con alcanzar la altura suficiente para acercar su pupila y descubrir lo que nadie estaba viendo. Estaba segura de que era tiempo lo que le faltaba a la gente, tiempo dedicado a mirar. Mirar, como queriendo entender y no como automatismo negligente. Era una mirilla simple, con una escueta alianza de madera que la rodeaba y una ajada y roñosa tapa, que con el paso de las miradas furtivas había cedido su funcionalidad para pasar a simplemente estar. Una mirilla en medio de una pared sin puerta. Como un ojo sin nada que ver, como una caricia lanzada al recuerdo.
Y por fin había llegado el día en el que, subida en el taburete rojo de la cocina que no sin dificultad había arrastrado hasta allí, descubriría si su intuición tenía más de intención o de realidad. Descubriría si la curiosidad que siempre le suscitó aquel círculo en medio de la nada, sería algo o ya nunca nada más. Subió el pie derecho a la pila de revistas que había colocado para ejercer de escalón y de un impetuoso empujón, apoyó la rodilla izquierda en el taburete y de seguido la derecha. Tintineantes, sus piernas alcanzaron a erguirse y a colocarle ante la mirilla. Cada diminuta y esquelética parte de su cuerpo, temblaba en una intensidad con sordina, en un sin vivir respirando. Acercó su mano a la tapa y la apartó como disculpándose por encontrarla tan rota. Su ojo derecho abrió fuerte su intención...pero nada ocurrió. Al otro lado no había nada. Sólo vio negro. Y rápida apartó su cara de la pared. De pronto recordó que una milésima de segundo quizás no sería suficiente asi que, decidida a no tener prisa por mirar ni por crecer, volvió a acercar el ojo al cristal que, con negra respuesta tenía ante ella. Y esta vez, se mantuvo ahí. Con la pupila bien dilatada y el corazón acompañándole. Y de pronto... lo vio. Sería por el corazón, o quizás por la pupila. Sería por la intención o quizás por el tiempo...nadie habría de creerle si explicara lo visto, pero ella lo vio. Precioso, clarísimo y verdad. Lo vio.