lunes, 4 de mayo de 2015

MALDITA INCOMPRENSION

Maldita incomprensión. Qué astuta eres. Maldita tú, malditos tus caminos, malditas tus bofetadas. Las de despertar, las de pelear, las de dejar ir. Maldita incomprensión. Qué inteligente eres. Que vives y asomas cada vez que a alguien le estornuda la circunstancia. Que atacas con constancia. Maldito ir y venir que llevas. Maldito no dejar seguir. Maldito dolor. Maldito pudor, maldito barranco y maldito estupor. Maldita incompresión. Qué caprichosa eres; que atacas, que remueves, que atascas. Maldita tú, como si fuera poca cosa. Maldita yo, que no soy inmune a tu prosa. Maldita incomprensión que te arranca de la certeza, que baila con la rareza, que te marea de pies a cabeza. Malditas las miradas que usas, los abrazos que rompes y las broncas que empujas. Malditas tus risas brujas. Malditas tus cicatrices odiosas que tiran, que hieren, que no ceden. Maldita incompresión. Qué incesante eres. Que tienes miedo de la comprensión y la ahogas. Que sufres por no poder mirarte y olvidas cada vez el espejo. Maldita, que buscas esconderte y yo no te dejo. Que andas, que tropiezas, que lloras, que te veo. Maldita incomprensión. Qué flaca eres. Maldita tu aparente fuerza y maldita tu manipulación, que hace que todo se tuerza. Maldita pregunta sin respuesta. Maldito salto sin red. Maldito camino incierto. Maldito amor postpuesto. Maldita incompresión. ¡Ya te tengo! que te vas, que escuchas, que desapareces. Maldita bendita, que ya no luchas. Que cantas en silencio, que susurras gritando, que te terminas apagando. Bendita.


No hay comentarios:

Publicar un comentario