lunes, 26 de septiembre de 2011

NO ME GUSTA

No me gusta asustarme, ni desconfiarme. No me gusta perderme ni vomitarme. Tampoco me gusta marearme, ni ahogarme, ni disgustarme, ni sufrir. No me gusta mentirme, ni sonrojarme, ni envidiar, ni odiar. No me gusta temblar, ni vaguearme, ni aburrirme. No me gusta barrer, ni planchar, ni pasar la aspiradora. Tampoco me gusta nada limpiar los baños, ni subir las escaleras a pie, ni llegar con muchas bolsas cargada a casa. No me gusta que me piten en el coche, tampoco los oidos. No me gusta despedirme, ni atascarme. No me gusta no escuchar, no me gusta no hablar.
No me gusta gritar, ni que me griten. No me gusta pasar hambre. No me gusta emborracharme, ni pasar calor, ni hacer cola en el supermercado. No me gusta esperar y me cuesta esperarme. No me gusta temer y mucho menos temerme. Tampoco me gusta que no me gusten algunas cosas. No me gusta la burocracia, ni la apatía. No me gusta la muerte. No me gusta la suerte, ni los jerseys gordos. No me gustan las salas de embarque. No me gusta la licra. No me gusta impacientarme, ni las sorpresas ni la falsedad. No me gustan los engaños.
No me gusta... escribir sobre lo que no me gusta. Básicamente este texto no me gusta. No me gusta cómo ha quedado. No me gustaba haciéndolo y no creo que me guste nunca jamás. No me gustará volver a leerlo, ni publicarlo. No me gusta nada de nada, pero ésta...
...también soy yo

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