Palpitando. Con la mente volando sin remordimiento y con libertad. Como no estando donde ya estás, como quedándote donde jamás irás. Divina tentación y divina armadura que alimentan cada canción y aportan cierta cordura.
Pensando. Con el corazón caminando sin remordimiento y con libertad. Como no querer lo que ya quieres, como queriendo lo que jamás querrás. Divina indiscreción y divina dulzura que componen cada socavón y aportan cierta amargura.
Pensando en palpitar y palpitando al pensar. Con la mente y el corazón sin remordimiento y con libertad. Como equilibrando lo desequilibrado, como tropezando para equilibrar. Divinos pensamientos y divino palpitar que alimentan todos los momentos y al final te invitan a estar.
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