domingo, 4 de enero de 2015

QUERIDOS REYES MAGOS

Queridos Reyes Magos:

Me llamo Mikel, tengo 34 años, soy republicano y os escribo desde la certeza de que no existis pero con el impulso de mis deseos.
Este año he sido bueno, y también malo. He fallado a algunas de mis promesas y he visto cómo me faltaban a promesas hechas. Mi corazón ha sido roto el mismo número de veces que ha sido arreglado. He odiado desde el limbo de lo inmoral. He querido desde la indiferencia de la soledad. He sido intensamente yo tanto, que lo he sido inmensamente. He puesto palabras al caos y he caotizado la tranquilidad. He ido y he vuelto un millón de veces de la certeza a la duda y he bailado en el no saber. He sido y he sabido tanto, que me he llevado a doler, pero también me he perdido y he sabido tan poco, que me he visto obligado a crecer. He huído con racional miedo. He confiado con irracional seguridad. He visto gente quererse. ¡Qué valientes son los que aman!, jamás dejará de sorprenderme. He visto gente engañarse. ¡Qué inseguridad! He visto gente mentirme, y he fingido no verlo. He visto gente mirarme, por un pequeño instante. He mentido, y he fingido no hacerlo. He intentado repartir amor pero, o yo no sé repartirlo, o el mundo no sabe recibirlo...o ambos. He cambiado de trabajo tantas veces en mi fantasía, que ya no sé cual es mi profesión. He cambiado mi calor de hogar tantas veces, que ya no sé cual es mi llave. He viajado a tantos lugares que ya no me quedan vacaciones. He creído, una vez más, que el mundo podía funcionar mejor. Convencido de que el amor sana todo, de que la palabra calma. Convencido de que la caricia posa, de que la confianza envuelve. Y me he encontrado con temor. El mundo quiere confiar, pero se le olvida confiarse. Se dedica a enfrentarse, pero se le olvida enfrentar. El mundo finge querer sanar, pero sólo se pone disfraces. Porque a quien le preocupa sanar, se empeña formalmente. He visto a gente abrir los ojos y dormirse. He visto a gente abrazarme y fallarse. 
Por eso, este año, y sabiendo que no existis, sólo os pido una cosa. Que el mundo aprenda a comunicarse, sin miedo, sin ataduras, sin líos, sin fracciones y sobre todo sin interpretaciones. Que el mundo se componga de individuos reales y verdaderos y no de superficiales decisiones. Que el mundo, el de cada uno, sea cierto y equilibrado para que el mundo, el de todos, pueda respirar.

Atentamente

un escéptico republicano creyente

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