miércoles, 3 de febrero de 2016

CUENTOS MÍNIMOS III

- Cuando hubo zarpado, contra todo pronóstico, el oso se sintió culpable

- Todo el barrio se puso nervioso pero él, sereno, tomó el manojo de llaves y continuó trabajando

- Y mientras la mano se acercaba veloz hacia su cara, rezó porque terminara siendo una bella caricia

- Era amarilla, luminosa y explosiva y todo el mundo le llamaba cerveza. Ella, que se conocía bien, sabía que en realidad era una estrella

- Cada hormiga de la larga fila, pensó que lo que tenía delante era una oveja. La primera de la fila, por no disgustarles, aprendió a balar

- Si todos nos uniéramos, acabaríamos con la represión de la que somos víctimas - pensó el alfiler de la sastrería principal de París

- ¡Qué hambre! , dijo el 98 mientras el 2 tiraba los restos por la borda

- Y por evitarle sufriemiento, no le dieron toda la verdad, alejándole así la posibilidad de ser adulto

- Aquél alfiler se empeñó tanto en modificarse y parecer un alfil, que jamás nadie se atrevió a gritarle jaque mate

- Se le acabó la paciencia, cerró de un fuerte portazo y se marchó. Hasta aquél día, había sido siempre un cierzo muy tranquilo

- Y mientras ella se moría, sus amigos empleaban sus esfuerzos en salvar a otra, más amable que ella, más digna que ella y desde luego, más verdad

- Cuento del adulto moribundo: Había UNA vez

- Cu-cu cantaba la rana, y el cuco, celoso, aprendió a croar

- En aquella reunión semanal, exigieron ser tomados en serio, tener los mismos derechos que los demás y recibir el mismo amor que el resto. El representante de los lunes, cumplía muy bien su función

- Rencorosa decidió no perdonar nunca nada jamás. No es que no pudiera, es que no sabía respetarse de otra manera

- Aquél libro cada vez era más pequeño. La gente que lo leía, cada vez más grande. Y la autora, estupefacta, a veces más  y a veces menos

- La limpieza de aquel castillo duró semanas. Cuando terminaron, ni siquiera quedaba el príncipe, pero todo relucía con hermosa novedad

- El sentido de la vida es tomarse otro chupito - le dijo el pitufo azul a la enfermera sexy en los carnavales de ese año

- Si los lunes por sistema son una mierda, asume desde ya, que si vives 60 años, tendrás 3120 días de mierda, dijeron los sensatólogos del congreso de los puteados

- ¡Adios!- gritó convencida- y dicho esto no consiguió marcharse


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