- Cuando hubo zarpado, contra todo pronóstico, el oso se sintió culpable
- Todo el barrio se puso nervioso pero él, sereno, tomó el manojo de llaves y continuó trabajando
- Y mientras la mano se acercaba veloz hacia su cara, rezó porque terminara siendo una bella caricia
- Era amarilla, luminosa y explosiva y todo el mundo le llamaba cerveza. Ella, que se conocía bien, sabía que en realidad era una estrella
- Cada hormiga de la larga fila, pensó que lo que tenía delante era una oveja. La primera de la fila, por no disgustarles, aprendió a balar
- Si todos nos uniéramos, acabaríamos con la represión de la que somos víctimas - pensó el alfiler de la sastrería principal de París
- ¡Qué hambre! , dijo el 98 mientras el 2 tiraba los restos por la borda
- Y por evitarle sufriemiento, no le dieron toda la verdad, alejándole así la posibilidad de ser adulto
- Aquél alfiler se empeñó tanto en modificarse y parecer un alfil, que jamás nadie se atrevió a gritarle jaque mate
- Se le acabó la paciencia, cerró de un fuerte portazo y se marchó. Hasta aquél día, había sido siempre un cierzo muy tranquilo
- Y mientras ella se moría, sus amigos empleaban sus esfuerzos en salvar a otra, más amable que ella, más digna que ella y desde luego, más verdad
- Cuento del adulto moribundo: Había UNA vez
- Cu-cu cantaba la rana, y el cuco, celoso, aprendió a croar
- En aquella reunión semanal, exigieron ser tomados en serio, tener los mismos derechos que los demás y recibir el mismo amor que el resto. El representante de los lunes, cumplía muy bien su función
- Rencorosa decidió no perdonar nunca nada jamás. No es que no pudiera, es que no sabía respetarse de otra manera
- Aquél libro cada vez era más pequeño. La gente que lo leía, cada vez más grande. Y la autora, estupefacta, a veces más y a veces menos
- La limpieza de aquel castillo duró semanas. Cuando terminaron, ni siquiera quedaba el príncipe, pero todo relucía con hermosa novedad
- El sentido de la vida es tomarse otro chupito - le dijo el pitufo azul a la enfermera sexy en los carnavales de ese año
- Si los lunes por sistema son una mierda, asume desde ya, que si vives 60 años, tendrás 3120 días de mierda, dijeron los sensatólogos del congreso de los puteados
- ¡Adios!- gritó convencida- y dicho esto no consiguió marcharse
- Todo el barrio se puso nervioso pero él, sereno, tomó el manojo de llaves y continuó trabajando
- Y mientras la mano se acercaba veloz hacia su cara, rezó porque terminara siendo una bella caricia
- Era amarilla, luminosa y explosiva y todo el mundo le llamaba cerveza. Ella, que se conocía bien, sabía que en realidad era una estrella
- Cada hormiga de la larga fila, pensó que lo que tenía delante era una oveja. La primera de la fila, por no disgustarles, aprendió a balar
- Si todos nos uniéramos, acabaríamos con la represión de la que somos víctimas - pensó el alfiler de la sastrería principal de París
- ¡Qué hambre! , dijo el 98 mientras el 2 tiraba los restos por la borda
- Y por evitarle sufriemiento, no le dieron toda la verdad, alejándole así la posibilidad de ser adulto
- Aquél alfiler se empeñó tanto en modificarse y parecer un alfil, que jamás nadie se atrevió a gritarle jaque mate
- Se le acabó la paciencia, cerró de un fuerte portazo y se marchó. Hasta aquél día, había sido siempre un cierzo muy tranquilo
- Y mientras ella se moría, sus amigos empleaban sus esfuerzos en salvar a otra, más amable que ella, más digna que ella y desde luego, más verdad
- Cuento del adulto moribundo: Había UNA vez
- Cu-cu cantaba la rana, y el cuco, celoso, aprendió a croar
- En aquella reunión semanal, exigieron ser tomados en serio, tener los mismos derechos que los demás y recibir el mismo amor que el resto. El representante de los lunes, cumplía muy bien su función
- Rencorosa decidió no perdonar nunca nada jamás. No es que no pudiera, es que no sabía respetarse de otra manera
- Aquél libro cada vez era más pequeño. La gente que lo leía, cada vez más grande. Y la autora, estupefacta, a veces más y a veces menos
- La limpieza de aquel castillo duró semanas. Cuando terminaron, ni siquiera quedaba el príncipe, pero todo relucía con hermosa novedad
- El sentido de la vida es tomarse otro chupito - le dijo el pitufo azul a la enfermera sexy en los carnavales de ese año
- Si los lunes por sistema son una mierda, asume desde ya, que si vives 60 años, tendrás 3120 días de mierda, dijeron los sensatólogos del congreso de los puteados
- ¡Adios!- gritó convencida- y dicho esto no consiguió marcharse
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